sábado, 7 de enero de 2012

Laurisilva: caminos y recuerdos desde la distancia.

Esta entrada participa en la IX edición del Carnaval de Biología organizado por @biogeocarlos en su blog, La Ciencia de la Vida. 


Porque últimamente me ha dado por echar de menos la calma y tranquilidad, el silencio y el verdor, el fresco y la humedad, y los sonidos y olores de la naturaleza, ahí va un post sobre unos bosques que, sin lugar a dudas, son la máxima expresión de todo ello:

Imagina que estás caminando por una cuesta pedregosa, de espaldas al mar, bajo un sol de justicia, el polvo y el sudor picándote en los ojos. Imagina una pareja de cernícalos (Falco tinnunculus) volando a tu derecha, silenciosos, quietos, como colgando de un hilo. Imagina el olor dulzón de las chumberas (Opuntia spp.), los chirridos de las cigarras (Cicadidae) y un lagarto tizón (Gallotia galloti) tomando el sol en una piedra negra. Calor, vaya. Calor de aquel de ondular el aire y hacerte desear una sombra más que nada en este mundo. Imagina que tú, biofriki imperturbable, sigues subiendo por la cuesta, sabiendo que pronto llegará tu recompensa. Te paras un momento y te das la vuelta, para admirar las vistas. A fin de cuentas, a pesar del calor, el espectáculo vale la pena: al fondo un mar azul oscuro, profundo, unas rocas negras de lava y ceniza y, entre ellos, el blanco de la espuma y el verde de las algas. 
Tabaibas y cardones entre la lava
Las islas de tabaiba (Euphorbia balsamifera) y los faros de cardón (Euphorbia canariensis) rompen de verde la monotonía del negro mar de rocas. Las hojas carnosas de los Aeonium creciendo en los lugares más insospechados, el aroma del romero marino (Campylanthus salsoloides), y, a la derecha, plataneras derramándose por la ladera, casi hasta tocar el agua. Una vista, en fin, que te podrías quedar mirando horas y horas, pero el sudor escociéndote en los ojos te recuerda que tienes que seguir subiendo.


Tras 20 minutos de subida, con un desnivel nada despreciable, se empieza a notar un cambio en el paisaje. Las palmeras (Phoenix canariensis) dejan paso a las fayas (Myrica faya), los dragos (Dracaena draco) a los brezos (Erica arborea) y los acebuches (Oleaeuropaea spp. guanchica) al lentisco (Pistacialentiscus). La temperatura del aire empieza a bajar, la humedad a subir y la tierra bajo tus pies se oscurece. Casi sin que te des cuenta, el sonido de las cigarras ha sido sustituido por cantos de pájaros de todo tipo: 
Petirrojo en la laurisilva
pinzones (Fringilla spp.), mosquiteros (Phylloscopus canariensis), petirrojos (Erithacus rubecula), reyezuelos (Regulus teneriffae)...
Pinzón vulgar

Ahora ya llevas más de una hora de camino, y el calor de hace un rato parece un recuerdo muy lejano. Una espesa cobertura de hojas de laurel (Laurus novocanariensis) o til (Ocotea foetens), barbuzano (Apollonias barbujana) y acebiño (Ilex canariensis), te protegen del sol de mediodía. Entre el verdor destacan claramente en blanco las inflorescencias del follao (Viburnum rigidum) y los troncos del paloblanco (Picconia excelsa). 


Caminas con cuidado, en silencio, para no asustar a la fauna, y con la esperanza de poder observar una de las especies de aves más esquivas y asustadizas, la paloma turqué (Columba bollii), endémica de las islas y residente permanente de los bosques de laurisilva.

El camino es ahora estrecho y tortuoso, ramas y raíces de árboles dificultan el avance, siempre subiendo. A medida que vas ganando altura, la temperatura sigue bajando, y la humedad subiendo. Ya no hace sol, ni siquiera por encima del techo de verdor de las copas de los árboles. Una densa nube blanca cubre la ladera. Caminas mirando al suelo, buscando bichos, esquivando ramas, cuando de repente, algo capta tu atención: un montoncito de plumas, algo de sangre, un par de huesecillos... los restos del desayuno de un gavilán (Accipiter nisus). 
Restos del desayuno de un Gavilán
Rebuscas entre las plumas hasta encontrar las timoneras (las de la “cola”) y por la franja blanca justo en el extremo deduces que una desafortunada paloma rabiche (Columba junoniae) ha tenido la desgracia de servir de plato principal. Bueno, no puedes decir que has visto una de las dos especies de paloma endémicas de canarias, pero casi.

El paisaje está volviendo a cambiar. Vuelves a ver el cielo, otra vez azul, el sol en lo alto. Cada vez hay más claros entre los árboles, ya no laureles, sino follaos, fayas y brezos, y entre ellos los pinos canarios (Pinus canariensis)
Pinar de pino canario
van ganando protagonismo. En una hora de camino has dejado atrás por completo el monteverde, y te encuentras en pleno pinar. El camino se ha hecho más plano, y gira a la derecha, hacia un mirador colgado de la ladera. Desde allí, mirando abajo, puedes ver el mar de nubes por encima de la cubierta de árboles que acabas de atravesar. Lo has visto cientos de veces, entiendes cuando y por qué se forma, y aun así no deja de sorprenderte el que puedas ver las nubes desde arriba, casi como si pudieras saltar y sumergirte en ellas. La vista a tus espaldas no tiene nada que envidiar a la que se extiende ante tus ojos. Imponente, el Teide se eleva a casi 3800 m sobre el nivel del mar, y sólo con mirarlo uno recuerda todo el poder y la fuerza que contiene en su interior, todavía vivo. Podrías estar horas mirando, tanto hacia arriba como hacia abajo, pero la subida ha tenido su telita, y te mueres por una cerveza fresquita, así que te diriges, por la carretera que lleva hasta el mirador, al pueblo más cercano, donde una buena Dorada y una tapa de queso de cabra canario ponen la guinda a una mañana que no podría haber sido mejor.





Banda sonora del post: http://youtu.be/ZQlyArsXvTY
http://youtu.be/TsageucZt6M 
http://youtu.be/FzvGnd9iwuY

viernes, 21 de octubre de 2011

No puedo creer que sea... ¡ROSA!

Pues sí. Es rosa. Pero, aunque la más vistosa, esa no es su característica más evolutivamente alucinante: tambien tiene un cuello mucho más flexible que cualquiera de las otras especies de su grupo, debido a que las vértebras cervicales no están fusionadas; tambien tiene los huesos de las extremidades anteriores articulados de tal manera que puede hacer movimientos rotatorios hacia delante o hacia atrás con las mismas, a diferencia que el resto de especies de cetáceos; y además, también a diferencia del resto de odontocetos, es heterodonto, es decir, tiene dos tipos de dientes: monocúspides en la parte delantera y bicúspides en la parte trasera de la mandíbula. Juntando todos estos datos, lo que no puedo creer,es que sea... (insert "redoble de tambores" here) ¡UN DELFÍN! Wait, ¿un delfín con el cuello flexible, aletas que pueden hacer movimientos rotatorios en los dos sentidos, dos tipos distintos de dientes y, encima, rosa? Pues sí, estoy hablando, como no, de Inia geoffrensis, el delfín de río del Amazonas, boto rosa, o como lo llaman los habitantes del Amazonas, boto vermelho.


Inia geoffrensis

Pero, ¿qué es Inia geoffrensis, y cómo ha llegado hasta allí? Los orígenes de esta poca conocida especie se encuentran, con toda probabilidad, en el periodo de alto nivel del mar del Mioceno Medio. Durante esa época las cuencas de diversos ríos en todo el mundo, entre ellos el Amazonas, se convirtieron en importantes ecosistemas marinos epicontinentales. Se cree que los ancestros de los cuatro taxa existentes de delfines de río, entre los que se encuentra la familia Iniidae, eran habitantes de estos mares epicontinentales miocénicos. Con la recesión del nivel del mar ocurrida durante el Mioceno superior, los representantes fósiles de la familia Iniidae permanecieron aislados en el mar interior, desconectado ahora de los océanos, y así "escaparon" a la tendencia evolutiva de los delfínidos. Más tarde, con la elevación del terreno que formó los Andes venezolanos y el cambio de sentido del drenaje, el grupo Inia evolucionó para adaptarse al Amazonas, que se estaba convirtiendo en un sistema de agua dulce de extraordinario tamaño, diversidad y abundancia.

Y, ¿por qué todas estas adaptaciones, que tan diferentes los hacen del resto de delfines? Bueno, pues vamos por partes:





Cuello flexible: dos características del ambiente en el que estos animales viven pueden considerarse causantes de una presión evolutiva hacia una mayor flexibilidad del cuello, y del cuerpo en general. 
Aspecto de la zona de inundación 
En primer lugar, estos animales viven en un ambiente tortuoso, especialmente durante la mitad del año en que el bosque está inundado, y por tanto su hábitat se extiende entre ramas y raíces, árboles y arbustos sumergidos . Una mayor flexibilidad permite movimientos mucho más adecuados para navegar por ese laberinto y, creedme, a veces les ves desaparecer entre dos árboles y piensas: "es imposible que se haya metido por ahí..." pero al cabo de 3 minutos aparece al otro lado y, una vez más, te dejan sorprendida y maravillada. Otro factor que pudo influir en la evolución hacia un cuello más flexible es la turbidez del agua. En la mayoría de ambientes en los que viven estos animales, es imposible ver nada debajo del agua. Esto hace que dependan totalmente del sistema de ecolocalización (que también tienen extraordinariamente desarrollado) y por lo tanto, cuanta más agua circundante puedan "escanear" en busca de peces, más presas encontrarán, más tiempo libre para aparearse, etc. etc. (todos sabemos ya como funcionan estas cosas).

Hembra adulta "mirando" a su cría


Otra maravillosa visión del bosque inundado amazónico
Movimientos rotatorios de las aletas: esta adaptación está muy relacionada con la anterior. Como ya hemos dicho, estos animales viven durante la mitad del año en un tortuoso laberinto y, aunque son muy flexibles, tambien son animales bastante grandes, con lo que les puede ser difícil dar la vuelta y salir, dependiendo de dónde hayan ido a meter el hocico. Las aletas pectorales capaces de rotar en los dos sentidos les permiten, en caso de haberse metido en un agujero sin salida tras un pez especialmente sabroso, impulsarse con ellas y "dar marcha atrás" para salir del agujero con la cola por delante (iba a decir entre las patas, pero... eso).  




Surubim 
Heterodontia: otra de las características que hace que esta especie sea única entre los cetáceos es que tienen dos tipos distintos de dientes: en la parte delantera de la mandíbula tienen dientes monocúspides, comunes a la mayoría de odontocetos; pero en la parte de atrás tienen dientes bicúspides, que tienen una función parecida a la de nuestros molares. Las "causas" (ya sé, ya sé, pero todos sabemos lo que quiero decir) de la presencia de este carácter atípico las encontramos, una vez más, en las características del medio en que viven: son frecuentes en el amazonas peces como los silúridos, con procesos dérmicos protegiendo la cabeza, lo que en inglés se conoce como "armed fishes", y que sirven de alimento a los botos. Es fácil imaginar que es mucho más fácil comer peces recubiertos de huesos cuando uno tiene unas buenas muelas para romperlos.



Adulto macho, rosa prácticamente por completo
Coloración: (o quizás debería decir la falta de ella). Pues sí, llegamos a la característica estrella, la más famosa de estos animales y la que les ha ganado su fama y su nombre en las distintas lenguas de los pueblos que se han encontrado con ella (piraiaguará, mujer roja de agua, en tupí-guaraní; boto vermelho, boto rojo, le llaman los caboclos, habitantes riberinos del amazonas; pink river dolphin, delfín de río rosa, es como Jaques Cousteau les llamó en 1982 cuando exploraba el amazonas, y así son conocidos en inglés desde entonces). Y lo cierto, siento decepcionaros, es que estos animales no tienen coloración rosa. De hecho, nacen de color gris oscuro como cualquier otro delfín, y muchos de ellos mueren siendo grises, aunque ciertamente un gris mucho más claro. Y, ¿qué son entonces los individuos completa, o casi completamente rosas, como el de la foto? ¿Albinos? Pues tampoco. Algunos de ellos, simplemente, pierden la coloración con el tiempo. Quizás es que en un agua tan turbia en la que no se ve nada es más económico, energéticamente hablando, dejar de producir el pigmento que mantiene a la piel de color gris oscuro. Quizás es que, precisamente por ser el agua tan turbia, perder el pigmento y ser de un color más vistoso como el rosa hace que dos individuos se puedan reconocer más fácilmente debajo del agua, facilitando el apareamiento... ¿quien sabe? Pero, a parte del elemento pasivo de pérdida de pigmento, los delfines de río, concretamente los machos, se vuelven rosas "activamente" debido a un comportamiento típico entre machos de muchas otras especies, incluidos los humanos, y más viejo que el ir a pie y la sopa de ajo: los machos de Inia geoffrensis se pelean por las hembras.

Zona dorsal de un macho adulto, con abundantes cicatrices


El comportamiento de estos animales es, en general, fascinante, por lo complejo y por lo mucho que difiere del de otros cetáceos que podrían pensarse parecidos: los botos sorprenden en su manera de relacionarse entre ellos y con otras especies, en su manera de cortejar y aparearse, en su manera de alimentarse, y en tantas otras cosas que daría para uno o dos posts más (que no puedo prometer, y por tanto no prometo, que escriba), pero la que nos ocupa aquí es el comportamiento agresivo entre machos por la "obtención" de hembras con las que aparearse, así que al lío: es frecuente encontrar a estos animales en grandes números en las zonas donde hay una mayor concentración de peces. Estos grupos que se forman no son estables, sino temporales, y aunque los animales pueden ser vistos pescando coordinadamente e interaccionando entre ellos, una vez hayan comido y se vayan cada uno por su camino, es posible que no se vuelvan a ver nunca más en la vida. Es en estas aglomeraciones, en estos "shopping centers", donde los comportamientos de apareamiento más interesantes pueden ser observados: si en el grupo hay una mayor presencia de machos que de hembras, es bastante común ver machos enzarzándose en violentas peleas que implican mordiscos, cabezazos, saltos encima del otro animal, golpes en el espiráculo... Pueden llegar al punto de saltar encima del otro individuo e intentar impedir que suba a la superficie a respirar. El resultado de estas peleas, a parte de algunos hocicos torcidos y pedazos de aletas faltando, son unas enormes heridas, sobretodo en la zona de la cabeza, pero por todo el cuerpo en animales de mayor edad, que al cicatrizar se convierten, como todas las cicatrices, en tejido rosa. Así, al observar un adulto macho completamente rosa entendemos que, aunque en parte se deba a la pérdida de pigmento, la mayor parte de tejido rosa es, en realidad, tejido cicatrizado.

Tres machos adultos en pleno "calor de la batalla"

Cicatrices en la aleta caudal 

Cicatrices alrededor del espiráculo


Pues hasta aquí el "misterio de los increíbles delfines rosas", pero me queda una cosa por decir, algo que no tiene nada que ver con la coloración, pero es que si no la cuento reviento, de lo interesante que me parece: he contado hasta ahora que, cuando se encuentran muchos botos juntos y hay más machos que hembras, los primeros se pelean por los favores de las segundas. ¿Qué pasa, entonces, cuando en el grupo hay más hembras que machos? Pues pasa que los machos intentan ganarse a las hembras de otra manera, mucho más romántica y sensiblera: les hacen regalos y les llevan flores. ¿LO CUÁLO? os diréis... Pues sí, se ha descrito para estos animales un comportamiento de apareamiento llamado "object carrying" o "adornment display" que, hasta dónde yo sé, sólo ha sido descrito en humanos y en algunos primates (creo que chimpancés, si alguien sabe más sobre esto, por favor, corregidme en los comentarios) hasta ahora. Básicamente, lo que hacen los machos es coger pedazos de barro del fondo del río, palos o ramas que estén flotando en el agua o "ramos" de alguna de las diversas plantas acuáticas que flotan por el Amazonas y agitarlas en el aire y golpear el agua con ellas, con la esperanza de que a alguna hembra se le derrita el corazoncito y acepte aparearse con ellos. Pues hala, ya lo he dicho. Este comportamiento está bien documentado y ha sido publicado, pero por lo que sé, todavía no se han hecho estudios sobre su repercusión en el éxito reproductivo de estos animales, así que no me lo pregunteis. Sin embargo una cosa os diré: durante el año que pasé observando a estos animales en el Amazonas, hubo uno de ellos, un adulto macho enorme, gigante, llamdo 6R (foto) al que vi realizar este comportamiento más veces que a cualquier otro y, como podeis comprobar por la foto, pese a ser un adulto macho de bastante edad tenía pocas cicatrices y se conservaba bastante gris. No quiero decir que estos dos hechos estén relacionados, ni sé nada sobre el éxito reproductivo de 6R, ya que los análisis genéticos todavía no se han llevado a cabo (aunque se tomaron muestras para ello) y sin ellos es imposible determinar quién es padre de quién en esta especie, pero ahí lo dejo, por si acaso.

Adulto macho "exhibiendose" con una rama de "capim"


Machos adultos con barro y ramas en la boca

Con esta entrada participo en la VI edición del Carnaval de Biología organizada por @copepodo en su blog: Diario de un copépodo

*Fe de erratas:
1 - mares epicontinentales, y no "males"
2 - fósiles, y no "fósules"
3 - reviento, no "rebiento"
Hay que repasar antes de entregar, niños...

domingo, 10 de abril de 2011

Biocarnaval III: cascada trófica o regulación top-down

Con esta entrada me uno al tercer carnaval de Biología, organizado esta vez por Pakozoico. La temática de esta edición son las relaciones tróficas, así que ahí voy yo con un ejemplo de cómo una influencia antrópica puede cargarse un ecosistema entero, relaciones tróficas mediante.
El ejemplo de efecto cascada que os quiero mostrar tiene lugar en el pacífico norte, concretamente en los bosques de kelps que existen, o deberían existir, en los fondos poco profundos e iluminados de la costa americana del pacífico norte.

Los kelps son algas pardas del orden de las laminariales, que comprenden diversas familias que contienen, entre otros, los géneros Nereocystis y Macrocystis, presentes en la costa pacífica de norteamérica. En aguas poco profundas y a bajas temperaturas forman lo que se conoce como "bosques de kelps" ya que crecen a velocidades de hasta medio metro al día, llegando a alturas de varias decenas de metros. Debido a su gran tamaño proporcionan un marco estructural para que un ecosistema completo se desarrolle a su alrededor: especies epífitas crecen en su superficie, algas con menores requerimientos lumínicos, o algas parásitas, crecen a su sombra; invertebrados marinos como erizos, estrellas de mar y diversas especies de gasterópodos herbívoros se alimentan de kelps y otras algas asociadas, y moluscos filtradores y otros animales detritívoros encuentran su alimento en las nutritivas aguas que los bosques de kelps proporcionan. Varias especies de vertebrados aprovechan también las innumerables ventajas de vivir en una vecindad con kelps presentes: peces como el bacalao de alaska (Ophiodon elongatus) o una especie de gallineta (Sebastes borealis) son residentes, mientras que otras especies migratorias, entre ellos 5 especies de salmones y arenques del Pacífico, se pueden encontrar habitualmente en estos ecosistemas. Incluso diversas especies de mamíferos marinos se benefician de las ventajas de los bosques de kelp, como las nutrias marinas (Enhydra lutris), y alguna especie de foca o león marino, residentes, o la migratoria ballena gris (Eschrichtius robustus), que utiliza los bosques de kelps como zonas de reproducción anual. 

Hasta aquí todo bien, gran diversidad de especies conviviendo en amor y compañía formando una red trófica que podría parecerse mucho a esta de aquí:
Podeis ver que las nutrias están en solitario en la parte superior del esquema. Eso quiere decir, básicamente, que son los predadores de mayor nivel de ese ecosistema, que nadie se los come, vaya (excepto algun tiburón ocasional). Eso tambien quiere decir, y aquí viene la parte interesante, que las nutrias son una especie clave (keystone species en inglés) en este ecosistema, ya que controlan, mediante la predación, las abundancias relativas de los diversos invertebrados que forman parte de su dieta y que, para resumir, si retiramos a las nutrias del esquema, "la liamos parda". 
Antes de que la nutria fuera objetivo de la caza comercial, se encontraban poblaciones en las zonas intermareales de todo el pacífico norte, desde el norte de Japón y las "Kuril Islands" pasando por las islas Aleutianas y toda la costa oeste de norteamérica hasta méxico. La población de entonces se estima entre los 150.000 y los 300.000 individuos. Pero llegó el hombre blanco. Y con él la caza comercial. Las nutrias son los únicos mamíferos marinos que no cuentan con una gruesa capa de grasa para mantener su calor corporal, y compensan esta carencia con un pelo muy grueso y denso. Por lo visto, una pulgada cuadrada de piel (sí, medidas americanas, es lo que tiene...) contiene 1 millón de pelos, lo que según la web donde encontré el dato es más de lo que nosotros tenemos en la cabeza entera.

lunes, 7 de marzo de 2011

New York City

La mejor descripción de Nueva York que he leido hasta ahora, sacada del libro "American on Purpose: the improbable adventures of an unlikely patriot", de Craig Ferguson. El tipo es un presentador en la televisión americana, un tipo "Buenafuente" aunque las comparaciones son odiosas, y en este caso Buenafuente es el que sale peor parado. La cuestión es que escribió un libro en el que explica por qué emigró de Escocia a América, como dejó su adicción a las drogas y el alcohol y como se convirtió en el presentador del Late Show que presenta en la actualidad. Parece simple, el típico "libro de famoso" que no aporta mucho, pero no lo es. Es divertido de leer, emocionante, sincero, y además está bien escrito. Y entre las buenas cosas del libro está esta descripción de la primera vez que el autor visitó Nueva York, cuando era un adolescente. Ahí la dejo:

Now that... that was love at first sight. I loved it then and I love it still. Even now, overloaded with sanitized bullshit Trump glass towers and condo-yuppie pseudoculture, it is still a complete mindfuck. As a Scottish schoolboy that first time, New York City was the Big Rock Candy Mountain. It was smoggy, bright-hot, filthy and wonderful. It was Disneyland, Oz and fucking Jupiter. It was noise and smell and lights and people looking like they were in a movie. Fat cabdrivers chewing wet cigars and talking about the exotic sport of baseball, unbelievably sexy women in outfits that Scottish girls would not have dared to wear even on a carnival float. Individuals wearing colors I had only ever seen on soccer uniforms or sectarian parades. The people themselves were different colors. Black people, brown people. (...) We took the elevator to the eighty-six floor of the Empire State Building and looked across Manhattan. North to Harlem, east to the river and all the airplanes landing and taking off in Queens, west to the Hudson and south to the colossal new World Trade Center towers.

We took a ferry to Liberty Island and climbed to the head of the statue. (...) We stood in Liberty's crown and looked out over the harbor, as the guide droned on through the heat about the poor and unwashed masses yearning to be free.

I made a promise to myself and I told my dad.

"One day I'm gonna liv in New York, DA"

He nodded and did that half-smile thing of his, but he believed me.

domingo, 23 de enero de 2011

Mi regalo de reyes

Sony e-reader PRS-350. Una gozada. De momento me he descargado todos los libros de Richard Dawkins en inglés, y algún otro que ya iré comentando... Para las 2 horas y poco de tren que me marco al día al ir y volver de trabajar, ¡va de perlas! Pantalla táctil, diccionarios, posibilidad de escribir notas con teclado o a mano, posibilidad de añadir marcadores de página... pero lo mejor, todos los libros que puedas imaginar.



miércoles, 20 de octubre de 2010

Amazonas vs Pandora


En realidad, una comparación de la selva amazónica (por lo menos el pedacito que yo conocí) con lo que vemos en el mundo inventado por James Cameron para la peli Avatar merece una entrada más larga y trabajada, que prometo hacer, pero mientras tanto dejadme que cuelgue la primera frikez que ha salido de mi aventura amazónica...


Si es que tener tiempo libre es muy malo...

miércoles, 13 de octubre de 2010

Sid & friends




Esta conversación de personas inteligentes (¬¬U) con mi hermana fue la que me impulsó a escribir la primera entrada biolofriki post-amazónica, así que prepárense que ahí va:

Los perezosos

Mamíferos placentarios del orden Pilosa, con dos especies coexistiendo en la Amazonia brasileña del medio Solimoes:

Familia Bradypodidae - Bradypus tridactylus (Three toed sloth - Preguiça bentinha)


Familia Megalonychidae - Choloepus hoffmanni (Two toed sloth - Preguiça real)


De estas dos especies, durante mi año en el Amazonas, encontraba regularmente a Bradypus tridactylus, mientras que de la otra especie sólo vi el cuero, disecado, haciendo de alfombra en casa de uno de los moradores de la región. Así pues, ahí va un poco de información sobre los perezosos de 3 dedos o Bradypus tridactylus

Los perezosos de 3 dedos son animales de 50-75 cm (+ 5-6 cm de cola), que pueden llegar a pesar unos 4 - 4.5 kg. Son clasificados como folívoros, es decir, su dieta consiste básicamente en hojas, brotes, y algunas frutas. De entre la gran variedad de especies arbóreas que tienen para elegir, normalmente prefieren las hojas de embaúba,

nombre común para varias especies de árboles del género Cecropia. Como curiosidad, la embaúba es también conocida como "árvore da preguiça" (árbol del perezoso), dada la frecuencia con que estos animales se encuentran asociados a estas especies de árboles.

Debido a su dieta tienen un estómago grande y complejo, y una digestión ayudada por bacterias simbióticas que, según la Wikipedia puede llegar a durar un mes o más (¿alguien puede confirmar eso? ¡me parece un montón!).

En cuanto al hábitat y distribución, estos animales ocupan la parte alta de las copas de los árboles de los bosques tropicales de Sudamérica y, aunque despacio, se pueden llegar a desplazar bastante. Son bastante torpes en suelo, aunque nadan moderadamente bien, y se les ha visto cruzar ríos nadando. Su distribución ocupa territorio de Colombia, Venezuela, Brasil, Guyana y Guyana francesa.





La morfología de estos animales es bastante curiosa... hablando claro, son raros. Cabeza redondeada y prácticamente indistinta de un cuello bastante largo y flexible (con 9 vértebras cervicales). Las extremidades anteriores son más largas que las posteriores, el cuerpo es corto y tienen un pequeño rabo (ausente en Choloepus hoffmanni). El pelaje, grueso, denso y largo, los proteje de la lluvia y de los ataques de insectos. Además, como curiosidad, crece desde la parte posterior hacia la anterior, ya que estos animales a menudo cuelgan de los árboles de cabeza para abajo, y de ese modo cuando llueve, el agua resbala por el pelaje y se mojan menos.

Estos animales son de color pardo claro, y se distingue a los machos por manchas auriculares naranjas y una franja también naranja en la espalda. Las hembras pueden tener parches auriculares de un naranja más pálido, pero en general son de color bastante uniforme.

En cuanto a la reproducción, se cree que ocurre durante todo el año, aunque es más común que las crías nazcan al inicio de la época seca. El periodo de gestación es de 4 a 6 meses. Al nacer, la cría es totalmente dependiente de la madre, y pasa unos 8 meses abrazada a ella, hasta que finalmente se "independiza".


Debido al poco aporte energético de su dieta, los perezosos se mueven poco y despacio y pueden pasar hasta 20 horas al día durmiendo o descansando. Generalmente son activos durante el día, aunque tambien pueden presentar actividad nocturna. Es un error creer que los perezosos pasan toda su vida cabeza abajo. Aunque si lo están normalmente mientras se alimentan o se desplazan, también se les ve a menudo subiendo o bajando por el tronco de un árbol (en vertical) o sentados en una horquilla entre dos ramas, como por ejemplo cuando duermen. En cuanto a su vida social, excepto madres con crías, los perezosos so animales solitarios, que pueden reaccionar de manera agresiva si puestos juntos en cautiverio.

Sus principales predadores naturales son:

el jaguar (Pantera Onça)






Familia Leopardus: Gato-do-mato (Leopardus tigrinus) y Gato-maracajá (Leopardus wiedii)














Anacondas (Gen. Eunectes)










Águila Harpía (Harpia harpyja)











En cuanto a las amenazas antrópicas, las habituales: destrucción de hábitat y caza abusiva. Está clasificado en el catálogo de la UICN como "Preocupación Menor" (LC) debido a su amplia área de distribución, que ésta incluye algunas de las áreas mejor conservadas de la cuenca amazónica y que ha sido declarada localmente como abundante.